Mentir y poseer

26 julio 2015


La relación de los afectos con el cuerpo es siempre conflictiva. Se nos ha enseñado que amar es poseer, cuando en realidad amar es entregar, pero nunca de manera incondicional; todos pagamos un precio cuando algo nos es entregado. La gratuidad del afecto, e incluso del cuerpo en sí, es otra de las grandes mentiras que creo hacen mucho daño al arte del placer. Para mí, es más grave una mentira tonta que si alguien comparte su cuerpo, además de conmigo, con alguien más.

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