El fin de año termina y me siento feliz
por ello. Siempre es una buena oportunidad para dejar toda la basura que se
acumuló a lo largo de los meses. En lo que a mí respecta, he acumulado tanto
aprendizaje como sinsabores; incluso me arriesgo a confesar que he aprendido de
mí más que ningún año previo que pueda recordar, pero no sin dolor y un (no tan
poquito) de sangre, literal y metafóricamente.
Crecer implicar sangrar y aprender por dónde no volver a pisar para no caer, o al menos a poner las manos y hacernos el menor daño posible.
Crecer implicar sangrar y aprender por dónde no volver a pisar para no caer, o al menos a poner las manos y hacernos el menor daño posible.
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