Ya
desciendan del cielo o emerjan de un dominio donde conocieron sirenas y
monstruos aún más insólitos, en tierra los marinos habitan mansiones de piedra,
arsenales, palacios, cuya solidez se opone a la nervosidad, a la irritabilidad
femenina de las aguas (en una de sus canciones, ¿no dice acaso el marinero: «nos
consolamos con la mar»?)
Jean Genet - Querella de Brest
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