Hoy es el cumpleaños de mi mejor amigo y pensé que sería
lindo escribir algo sobre él, aunque me daría una pena tremenda que lo leyera,
pero como eso es poco probable, me voy a animar a contarles un poco sobre una
de las personas más bonitas que he tenido el gusto de conocer.
Primero, quisiera hablar un poco sobre cómo nos conocimos:
Como me ha sucedido, con casi todas las personas importantes en mi vida, él y
yo nos conocimos gracias a la virtualidad, cuando FB no era tan popular pero ya
se gestaban algunos grupos de amigos en la red. Recuerdo haber recibido su
solicitud de amistad y haberla aceptado al ver que teníamos amigos en común, y
no porque realmente lo conociera. En esos años (sí, no son tantos, aunque la
tecnología nos obliga a creer que sí) todavía existía MSN y fue por ese medio
que comenzamos a platicar. Su nombre era Luis, pero para mí siempre será Luiso.
Recuerdo que tuvimos buena química desde el principio, ya que compartimos el
mismo tipo de humor y probablemente una visión un poquito pesimista de la vida,
aunque no demasiado. Y finalmente nos vimos en la facultad, pues ambos
estudiábamos Letras Hispánicas en CU. Es gracioso, porque cuando uno va al
pasado resulta más difícil escarbar sobre recuerdos de la gente que se vuelve
más importante, y debe ser porque cuando eres feliz estás menos atento a los
detalles, analizas menos y sólo te dejas llevar por el momento. En cambio,
cuando estás un poco triste o decaído, tiendes a observarlo todo, a sobre analizar
y a tratar de guardar cada palabra, cada gesto, porque es una forma de evitar
que te hieran.
Lo cierto es que nunca tuvimos muchos recuerdos en fiestas ni salidas, ya que
no compartíamos el grupo de amigos, aunque eventualmente lo presenté a mis
amigas y él a las suyas. Actualmente las veo y he llegado a tomarles cariño
también, pero siempre fue claro que la amistad fuerte era hacia él.
La virtualidad ha sido siempre nuestra aliada, pues desde hace 6 años no hemos
dejado de hablar y hablar y hablar, y compartir libros, y música e historias. A
veces pienso que sabe mejor mi vida que algunas de las parejas que he tenido,
pues está más próximo a ser un hermano y jamás me ha decepcionado, y no, no por ello creo que no pueda suceder, pero entra en otra categoría.
Él casi no habla sobre sí mismo, pero no es necesario, porque entiendo bien lo
que siente y cómo piensa. A veces puede llegar a ser duro, pero estoy segura
que siempre hay una razón detrás de eso. A poquísimas personas les he escrito
cuentos y él es una de ellas. En un año tendrá 30 y nuestra amistad cumplirá
siete años; recuerdo haber leído en algún lugar que después de esa fecha las
amistades duran toda la vida. Creo que de ser así seríamos muy afortunados.
Hoy celebro su existencia y el habernos encontrado.
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