19 diciembre 2016

2016 last strike




El fin de año termina y me siento feliz por ello. Siempre es una buena oportunidad para dejar toda la basura que se acumuló a lo largo de los meses. En lo que a mí respecta, he acumulado tanto aprendizaje como sinsabores; incluso me arriesgo a confesar que he aprendido de mí más que ningún año previo que pueda recordar, pero no sin dolor y un (no tan poquito) de sangre, literal y metafóricamente.
Crecer implicar sangrar y aprender por dónde no volver a pisar para no caer, o al menos a poner las manos y hacernos el menor daño posible.

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