Te contabilizo en cigarrillos nocturnos
ahora, en el color de noche que se instala en mis ojos después del medio día, y
sin embargo, si alguien me pregunta en este momento si hay algo que hubiera
hecho distinto; una sonrisa de menos, una forma de hacerme volar el cabello
mientras aguardo el próximo encuentro, no se me ocurre ninguna variable que
valiera la pena.
Me entrego al vacío que nace de la
garganta y se instala como un túnel de gusano espacial en las arterias para
infectarme completamente de ti.
Nos mordemos al tiempo que se reconstruye en cada uno una nueva identidad con formas no exploradas para desaparecernos, sin un preludio que anticipe la continuidad de esta condición sin nombre; y te nombro en un intento vago por abrasarte con el fuego de mis labios que no purifican.
Nos mordemos al tiempo que se reconstruye en cada uno una nueva identidad con formas no exploradas para desaparecernos, sin un preludio que anticipe la continuidad de esta condición sin nombre; y te nombro en un intento vago por abrasarte con el fuego de mis labios que no purifican.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario