Las cosas que no tienen nombre

16 mayo 2017



Hacía mucho tiempo que no terminaba un cuento. Para mí, la escritura se ha vuelto un ejercicio cada vez más exigente. Recuerdo que en mis años preparatorianos podía redactar uno por semana, y por supuesto ahora los releo y no puedo evitar sentir el rubor de la vergüenza, acompañada de ternura en muchos casos. Aún no tengo una versión definitiva ni título para este último texto, pero siento que el principio lo conservaré:

Del elefante al lado de la cama se hizo la luz. Saqué de mi bolso el libro en el que hace un par de semanas había sido derramada media botella de cerveza, otra noche, lejos de esta ciudad, bajo un cielo salpicado de estrellas. Se llama El libro de Monelle, te dije; recomendación de un amigo que, en sus palabras, era una “inusual compilación de historias de Lolitas”.
Te leí un fragmento: «los besos infieles que dan las mujeres que aman quedan marcados en sus mejillas con huellas de sangre…» y cada tanto volvía el rostro hacia ti, mirándote mirar la profundidad del vacío, como si tus ojos calcularan la densidad de la noche, igual que una fotografía, y la luz tenía una forma propia de acostumbrarse a tu rostro.

0 comentarios:

 
Designed by Lena Graphics by Elie Lash