El cuerpo recuerda. No sé cómo funciona, pero sucede
siempre. Hace un año mi cuerpo me indicaba que algo iba mal; mis dientes
comenzaron a generar presión unos contra otros en una lucha entre los
superiores contra los inferiores que terminaba en empate y cuya derrota se
manifestaba en el dolor mandibular que me asediaba al despertar, mientras me
lavaba el cabello, y rumbo a casa. Hoy, hace exactamente un año de esa época,
la lucha ha regresado, pero espero que la batalle termine pronto y no haya
daños colaterales, como una despistada lengua mordida, por ejemplo.
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1 comentarios:
Si ya te sacaste las muelas del juicio, no sé qué más sugerirte.
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