02 diciembre 2015

Una dedicatoria sin fondo; un libro llorado con palabras estériles. Y la vida que se escucha con el rumor del día con un sol pálido.

Otoño

22 noviembre 2015

- Tengo frío, quizá salga a caminar, antes de que no queden hojas que pisar, y prometo que pensaré en ti.

- Vale, también pensaré en ti, pero ¿por qué con las hojas?

- Por el sonido. Me recuerda cuando me acuesto en tu pecho, te siento quebrarte.

El primer beso - Clarice Lispector

17 noviembre 2015

Más que conversar, aquellos dos susurraban: hacía poco que el romance había empezado y andaban tontos, era el amor. Amor con lo que trae aparejado: celos.
-Está bien, te creo que soy tu primera novia, me pone contenta. Pero dime la verdad: ¿nunca antes habías besado a una mujer?
-Sí, ya había besado a una mujer.
-¿Quién era? -preguntó ella dolorida.
Toscamente él intentó contárselo, pero no sabía cómo.
El autobús de excursión subía lentamente por la sierra. Él, uno de los muchachos en medio de la muchachada bulliciosa, dejaba que la brisa fresca le diese en la cara y se le hundiera en el pelo con dedos largos, finos y sin peso como los de una madre. Qué bueno era quedarse a veces quieto, sin pensar casi, solo sintiendo. Concentrarse en sentir era difícil en medio de la barahúnda de los compañeros.
Y hasta la sed había empezado: jugar con el grupo, hablar a voz en cuello, más fuerte que el ruido del motor, reír, gritar, pensar, sentir...
¡Caray! Cómo se secaba la garganta.
Y ni sombra del agua. La cuestión era juntar saliva, y eso fue lo que hizo. Después de juntarla en la boca ardiente la tragaba despacio, y luego una vez más, y otra. Era tibia, sin embargo, la saliva, y no quitaba la sed. Una sed enorme, más grande que él mismo, que ahora le invadía todo el cuerpo.
La brisa fina, antes tan buena, al sol del mediodía se había tornado ahora árida y caliente, y al entrarle por la nariz le secaba todavía más la poca saliva que había juntado pacientemente.
¿Y si tapase la nariz y respirase un poco menos de aquel viento del desierto? Probó un momento, pero se ahogaba en seguida. La cuestión era esperar, esperar. Tal vez minutos apenas, tal vez horas, mientras que la sed que tenía era de años.
No sabía cómo ni por qué, pero ahora se sentía más cerca del agua, la presentía más próxima y los ojos se le iban más allá de la ventana recorriendo la carretera, penetrando entre los arbustos, explorando, olfateando.
El instinto animal que lo habitaba no se había equivocado: tras una inesperada curva de la carretera, entre arbustos, estaba... la fuente de donde brotaba un hilillo del agua soñada.
El autobús se detuvo, todos tenían sed, pero él consiguió llegar primero a la fuente de piedra, antes que nadie.
Cerrando los ojos entreabrió los labios y ferozmente los acercó al orificio de donde chorreaba el agua. El primer sorbo fresco bajó, deslizándose por el pecho hasta el estómago.
Era la vida que volvía, y con ella se encharcó todo el interior arenoso hasta saciarse. Ahora podía abrir los ojos.
Los abrió, y muy cerca de su cara vio dos ojos de estatua que lo miraban fijamente, y vio que era la estatua de una mujer, y que era de la boca de la mujer de donde salía el agua.
Se acordó de que al primer sorbo había sentido realmente un contacto gélido en los labios, más frío que el agua.
Y entonces supo que había acercado la boca a la boca de la mujer de la estatua de piedra. La vida había chorreado de aquella boca, de una boca hacia otra.
Intuitivamente, confuso en su inocencia, se sintió intrigado: pero si no es de la mujer de quien sale el líquido vivificante, el líquido germinador de la vida... Miró la estatua desnuda.
La había besado.
Lo invadió un temblor que desde fuera no se veía y que, empezando muy adentro, se apoderó de todo el cuerpo y convirtió el rostro en brasa viva.
Dio un paso hacia atrás o hacia delante, ya no sabía qué estaba haciendo. Perturbado, atónito, se dio cuenta de que una parte de su cuerpo, antes siempre serena, estaba ahora en una tensión agresiva, y eso no le había ocurrido nunca.
Dulcemente agresivo, se hallaba de pie, solo en medio de los demás con el corazón latiendo pausada, profundamente, sintiendo cómo se transformaba el mundo. La vida era totalmente nueva, era otra, descubierta en un sobresalto. Estaba perplejo, en un equilibrio frágil.
Hasta que, surgiendo de lo más hondo del ser, de una fuente oculta en él chorreó la verdad. Que en seguida lo llenó de miedo y también de un orgullo que no había sentido nunca.
Se había...

Se había hecho hombre.

Un buen día para cometer un error

10 noviembre 2015

Nos miramos fijamente a través de los vasos y decidimos no pronunciar palabras, o al menos ese había sido el plan. 
Antes de entrar quisimos jugar al silencio; a comunicarnos guiados por la azarosa cadencia. El bar estaba tibio y la música inundaba el lugar; su arrullo era una forma de matarnos despacio.
Luego las bocas juguetearon a la serpiente voraz. Nos rasgamos el cuerpo con los ojos llenos de sangre, las venas dilatadas y la imaginación turbia.
Cuando salimos de ahí parecía un buen día para cometer un error.

Busca en todas las cosas... - Enrique González Martínez

31 octubre 2015

Busca en todas las cosas un alma y un sentido
oculto; no te ciñas a la apariencia vana;
husmea, sigue el rastro de la verdad arcana,
escudriñante el ojo y aguzado el oído.

No seanu como el necio, que al mirar la virgínea
Imperfección del mármol que la arcilla aprisiona,
Quedo sordo a la entraña de la piedra, que entona
En recóndito ritmo la canción de la línea.

Ama todo lo grácil de la vida, la calma
De la flor que se mece, el color, el paisaje.
Ya sabrás poco a poco descifrar su lenguaje…
¡Oh, divino coloquio de las cosas y el alma!

Hay en todos los seres una blanda sonrisa,
un dolor inefable o un misterio sombrío.
¿Sabes tú si son lágrimas las gotas de rocío?
¿Sabes tú qué secreto va contando la brisa?

Atan hebras sutiles a las cosas distantes;
al acento lejano corresponde otro acento.
¿Sabes tú dónde lleva los suspiros el viento?
¿Sabes tú si son almas las estrellas errantes?

No desdeñes al pájaro de argentina garganta
que se queja en la tarde, que salmodia la aurora.
Es un alma que canta y es un alma que llora…
¡Y sabrá por qué llora, y sabrá por qué canta!

Busca en todas las cosas el oculto sentido;
lo hallarás cuando logres comprender su lenguaje;
cuando sientas el alma colosal del paisaje
y los ayes lanzados por el árbol herido…

La filología como ciencia de la vida - Ottmar Ette (fragmento)

21 octubre 2015

Un fragmento que recoge una anécdota de la poeta cubana Juana Borrero.

Túnel de gusano

19 octubre 2015

Te contabilizo en cigarrillos nocturnos ahora, en el color de noche que se instala en mis ojos después del medio día, y sin embargo, si alguien me pregunta en este momento si hay algo que hubiera hecho distinto; una sonrisa de menos, una forma de hacerme volar el cabello mientras aguardo el próximo encuentro, no se me ocurre ninguna variable que valiera la pena.
Me entrego al vacío que nace de la garganta y se instala como un túnel de gusano espacial en las arterias para infectarme completamente de ti.
Nos mordemos al tiempo que se reconstruye en cada uno una nueva identidad con formas no exploradas para desaparecernos, sin un preludio que anticipe la continuidad de esta condición sin nombre; y te nombro en un intento vago por abrasarte con el fuego de mis labios que no purifican.

El ritmo perdido

13 octubre 2015

Su presencia no deja de girar;
invita, presume, muerde, doblega.
Los sonidos de la noche
sumisos se arrastran con las manos heridas
y bailan el ritmo perdido.

Maria Bethânia - Caetano Veloso

11 octubre 2015



Todo mundo sabe que nuestras ciudades fueron construidas para ser destruidas
todo mundo sabe que nuestras ciudades fueron construidas para ser destruidas

Te molestas y compras un departamento
te escondes tras la alfombra

Pero sé que ella nació para hacer todo mal respecto a eso
pero sé que ella nació para hacer todo mal respecto a eso

Maria Bethânia, por favor envíame una carta
quiero saber que las cosas van mejorando, mejorando, mejorando…

Ella le dio su alma al Diablo, pero el Diablo le dio su alma a Dios
ella le dio su alma al Diablo, pero el Diablo le dio su alma a Dios

Antes de la inundación, después de la sangre
antes de que puedas ver

Ella le dio su alma al Diablo y compró un departamento en el mar
ella le dio su alma al Diablo y compró un departamento en el mar

Maria Bethânia, por favor envíame una carta
quiero saber que las cosas van mejorando, mejorando, mejorando…

Todo mundo sabe que es muy difícil cavar y llegar hasta la raíz
te comes la fruta, sigues adelante
te despiertas en cama


Pero amo su rostro porque no tiene nada que ver con todo lo que he dicho
pero amo su rostro porque no tiene nada que ver con todo lo que he dicho

03 octubre 2015

Y es que da igual
si nos afanamos en replicar la entropía
porque el negro es el mismo
la calle te deja indiferente
y los peatones
son menos que la sombra de un fantasma.

¿Pero qué puedo decirte
que no hayan acariciado ya tus labios?

Si las estelas
se descarnan
al lado de una Luna de sangre.

¿Qué podría ser peor
que intentar saber lo que guardan tus formas?
Conocer esta angustia
que no se compara con el deseo absurdo de la renuncia
ni al humo quemado de tu risa.

07 septiembre 2015

Tu cuerpo imaginado
materializa
un estallido fatal.

05 septiembre 2015



Conocerte fue como haber lanzado una botella al mal.

Poema a dos manos

01 septiembre 2015



De noche somos varios y buscamos;
él escucha bajo el agua esa triste canción
ha mucho se acabaron los mapas
en esos ojos
siempre es de noche.
La ciudad se vuelve una paloma vieja
con la risa fragmentada en el corazón.

F. - Y.

 

30 agosto 2015



¿Cuándo sabes que has caído tan bajo que lo único que te espera es recomenzar?, ¿cuántas veces puedes odiarte por el mismo motivo?

26 agosto 2015

Ya desciendan del cielo o emerjan de un dominio donde conocieron sirenas y monstruos aún más insólitos, en tierra los marinos habitan mansiones de piedra, arsenales, palacios, cuya solidez se opone a la nervosidad, a la irritabilidad femenina de las aguas (en una de sus canciones, ¿no dice acaso el marinero: «nos consolamos con la mar»?) 


Jean Genet - Querella de Brest

Algunas noches

23 agosto 2015


Los efectos en la personalidad que causan algunas noches, hoy, no tengo duda de que se relacionan con la “hora del lobo”; la temperatura del cuerpo falla, la voz cambia y la mente es poseída por el espíritu de quienes acaban de morir. Debe tratarse de una interferencia semejante a la radiofónica, porque parece imposible pensar y escuchar la propia voz interior. Las ideas son trastocadas y nos abandonamos, inconscientes, a la voluntad de quienes sueñan, o peor, como dije, a la de quienes acaban de morir. Por eso, es mejor guardar silencio, dormir, permanecer quieto, y no sucumbir a la tentación de poner a prueba nuestro autocontrol.

After dark - Tito & Tarantula

20 agosto 2015


Hay canciones que...




Mirándola
merodeando por la noche,
tan blanca,
preguntándose:
¿por qué sólo al oscurecer?

En sus ojos
un distante fuego ilumina
arde brillante
preguntándose:
¿por qué sólo al oscurecer?

Estoy en su habitación
sintiendo la fiebre de mi destino
cayendo, cayendo
a través del piso
llamando a la puerta del Diablo.

Al amanecer
descubro que se ha ido
y una nota que dice:
sólo al oscurecer.

Ardiendo, ardiendo
en la llama
ahora conozco su nombre oculto.

Puedes derrumbar su templo
pero ella volverá
a gobernar de nuevo.

En mi corazón
una parte oscura, profunda y solitaria
la desea

y la espera al oscurecer.

 
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